PERSEVERANCIA Y REGULARIDAD
CADA COSA A SU TIEMPO.
Conviene que siempre estudies a las mismas horas. En módulos que puedas controlar, libre de interrupciones, excepto las que impongas por tu propia conveniencia. HORARIO FIJO en LUGAR FIJO.
PERIODOS CORTOS PERO BUENOS.
Asígnate módulos entre 15 y 35 minutos, dependiendo del tipo de material. A medida que te entrenes, conviene que vayas estirando los períodos, como un atleta que se entrena. Un poquito más cada vez, y tu atención se irá fortaleciendo.
CUANDO TE SIENTES, COMIENZA DE INMEDIATO CON LA TAREA.
En el mismo lugar, a la misma hora, y si es posible, de la misma forma. Cómo colocar tu libro en el centro, las lapiceras a la derecha, teniendo las hojas para apuntes en el estante superior, etc.
¡Y de frente a la tarea! Si empiezas a divagar, corres peligro de adquirir un mal hábito, el de dar vueltas antes de comenzar.
Arrancar automáticamente. Cuando llega la hora de empezar, hay que ponerse a trabajar de un modo maquinal, sin dudarlo un instante. El enemigo, como siempre, será la pereza.
TIEMPO DE OBJETIVOS EN VEZ DE TIEMPO DE RELOJ.
No es bueno que confíes solamente en la palabra ‘esfuerzo’.
Puedes reemplazarla por la palabra “Persistencia”, avanzando hacia tu objetivo de la forma más placentera, fácil y cómoda posible.
Para esto, se aconseja :
· Abandonar el lugar de estudio en los descansos. Estirar los músculos y relajarse física y mentalmente.
· Reanudar el trabajo en el momento exacto en que se ha previsto, sin dilaciones ni adelantos.
· Abandonar el lugar de estudio si se altera el estado de ánimo, por ejemplo, si uno se encuentra irritado o dominado por los nervios, o bien se tienen dificultades para mantener la atención. El lugar de estudio sólo debe utilizarse con tranquilidad y concentración.
HAZ ALGO, ¡NO PERMANEZCAS SENTADO SOLAMENTE!
Conviene que agregues acciones físicas concretas a tu vista, al mero hecho de leer. Una mente activa aprende más que la pasiva, aunque la enseñanza tradicional (ineficiente y obsoleta) exija la atención pasiva durante largos ratos, escuchando la presentación del profesor. Los estudiantes activos emplean mucho menos tiempo que los pasivos, y se presentan más seguros al examen o al aplicar los conocimientos.
Ejemplos de actividades:
1. Subrayar y destacar.
2. Marcar o escribir en los márgenes.
3. Resumir y organizar la estructura básica de los textos.
4. Parafrasear en forma escrita u oral (repetir lo leído con otras palabras).
5. Asociar los textos con imágenes, escenas, etc.
6. Emplear reglas mnemotécnicas (ver MEMORIA).
7. Generar preguntas y contestarlas.
8. Asumir el rol del maestro (imaginarlo o hacerlo real) sobre el material estudiado.
9. Hacer Mapas Conceptuales.
10.Enseñar a compañeros de estudio o dialogar con ellos sobre una materia.
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