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LA VERDAD NOS HARA LIBRES: Educación basada en competencias

Educación basada en competencias

Sobre la educación basada en competencias Los cambios en el discurso educativo de los últimos años muestran una clara tendencia hacia el enfoque educativo basado en competencias, “en prácticamente todo el mundo…existe una euforia por establecer planes de estudio fundamentados en las competencias” (Díaz Barriga, s/f). Pero ¿qué competencias se deben favorecer? En el informe La Educación encierra un tesoro (Delors, 1996), documento emitido por la UNESCO, se hace especial énfasis en los cuatro pilares de la educación, en donde se plantean los principios de las competencias que es necesario desarrollar en los centros escolares para dar respuesta a las necesidades de la sociedad actual, se resalta la importancia de fomentar no solo aspectos cognitivos, sino sociales y prácticos. La educación basada en competencias ha sido objeto de numerosos debates, existen posturas diversas en torno a este enfoque: las que cuestionan que se educa según las demandas del mercado laboral, quienes sostienen que es un modelo curricular, mas no pedagógico (Tobón, 2006), la polisemia del concepto “competencia” (Díaz, s/f); hasta posturas que destacan la importancia de este enfoque para superar las problemáticas de la educación. Revisar diversas publicaciones e investigaciones sobre el tema permite enriquecer la opinión que tenemos al respecto y posibilita el “diálogo” con personas con puntos de vista similares o contarios al propio. Es importante considerar que ningún modelo educativo es la panacea de la educación, puesto que ésta, como fenómeno social está conformada por aspectos no solo escolares, sino también sociales e individuales. Sin embargo, la educación basada en competencias tiene una propuesta distinta a la tradicional para guiar el proceso educativo, ya que rescata la importancia de desarrollar en los educandos aspectos prácticos, relacionados al “saber hacer” con conocimiento, esto significa un reto para docentes, alumnos y padres de familia pues implica tomar decisiones para resolver las situaciones que se presentan en los diferentes contextos en los que interactúan los individuos. En México, con la reforma curricular de educación primaria, que inicia en 2009, se consolida la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), cuyo modelo se fundamenta en favorecer el desarrollo de competencias y fue diseñado para responder a las necesidades nacionales, enfatizando la importancia de formar de manera integral para la vida y el trabajo. La puesta en marcha de esta reforma implica una reestructuración en la evaluación, la planeación y en el trabajo docente en general. Asimismo, es importante que los docentes que viven esta transición hacia el modelo de competencias desarrollen, a su vez, competencias docentes, como sostiene Pereda (s/f), “La formación docente, dentro del marco de la educación basada en competencias ha de estar encaminada fundamentalmente a que el educador desarrolle competencias pertinentes para realizar su labor de manera fundamentada, efectiva, responsable e íntegra desde el punto de vista ético, ya que no es posible separar la formación profesional de los docentes de la persona que interactúa en un medio social, institucional y familiar.” Por último, cabe mencionar que para los docentes trabajar desde la óptica de competencias puede generar un sinnúmero de reflexiones y opiniones sobre el modelo, tanto a favor como en contra, ya que su experiencia aporta un panorama valioso que quizá los teóricos del tema han dejado de lado, por eso resulta importante que en los centros de trabajo, ya sea en juntas de Consejo Técnico o en pláticas entre profesores, se mantenga el intercambio de puntos de vista, con el fin de mejorar la práctica educativa y lograr que los alumnos desarrollen las competencias planteadas en los programas de estudio. Elsa Orozco Contreras Investigación Centro de Capacitación Televisiv

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